Judith S. Donath afirma que “Aunque el yo pueda ser complejo y mutable con el tiempo y las circunstancias, el cuerpo proporciona un ancla estabilizadora” (1999, pág. 51). Cada vez menos. En nuestro entorno –el de las ciencias sociales- aún se usa esa dicotomía cartesiana entre lo material/mental, lo real/virtual, lo natural/tecnológico. Pero eso pasará...
Del antiguo cuerpo natural de los griegos poco queda: cuerpos danone, anabolizantes, cremas hidratantes, cirugía. Pero hay más, ¿dónde empieza y acaba el cuerpo? ¿En la piel? Lo dudo. ¿En la ropa?... Como nos recuerda Richard Sennett (1994), ni siquiera hace 2.400 años la corporalidad desnuda podía concebirse como algo individual y privado, sino como un medio para la socialización. Además, el cuerpo, su fisiología, cambia constantemente. La piel se renueva cada pocas horas. Las uñas y el pelo crecen. A cada minuto mueren bastantes neuronas. No hay nada en el organismo que se mantenga estable; nada a lo que poder referenciarse con absoluta seguridad diciendo: “ese soy yo”. Don Ihde lo explica muy bien, “… la vivencia corporal no es sencillamente una continuación extensiva de la forma o de la piel. La intencionalidad de una acción corporal va más allá de los propios límites del cuerpo –aunque solo dentro de un rango regional limitado” (1998, pág. 28). La corporalidad es intencionalidad y significado y está absolutamente mediada por tecnología, “… the various ways in which I-as-body interact with my enviroment by means of technologies” (Ihde, 1990, pág. 72). No es posible separar nuestra, digamos, fisicidad, de nuestra interacción simbólica con el mundo, de su construcción.
Lo más importante es que, hoy por hoy, utilizamos para nuestras interacciones –y lo seguiremos haciendo durante mucho tiempo- las palabras. Y las palabras no ofrecen ninguna duda de que son a la vez naturaleza y tecnología porque son metáforas puras. En el lenguaje no cabe la vieja confrontación cartesiana. La identidad es una construcción lingüística interactiva. El cuerpo es un elemento más de esa construcción. Un elemento tecnológico (y, como tal, natural), “… uno no nace organismo. Los organismos son fabricados, son constructos de una especie de mundo cambiante” (Haraway, 1991, pág. 357). Cuerpo y tecnología son lo mismo. Naturaleza y artificio, también. Metáforas.
Kenneth J. Gergen es tajante: “You are a conversation” (Junio 2004). No deja lugar a la duda. Toda su aportación previa, tanto la de sus libros más conocidos, como la de sus artículos queda aquí, en mi opinión, perfectamente resumida. Desde su constatación en 1991 de que “… todas mis horas se habían consumido en el proceso de la relación con otras personas” (pág. 20). O su afirmación de 1994 de que “Las narraciones del yo no son impulsos personales hechos sociales, sino procesos sociales realizados en el enclave de lo personal” (pág. 259). Pasando por su duda de que los actos que identifican el yo sean “… the outward manifestation of specific internal processes, mechanisms, traits and the like,…” (1997, pág. 3). O, hablando de la mente –como mecanismo interno fundamental de la individualidad, “… all that may be said about mental process is derived from relational process” (1997, pág. 11).
El yo se construye en la interacción dialógica con los demás (Bakhtin, 1981) y, como tal, es metafórico, pues el diálogo –el lenguaje en sí- lo es. No hay ninguna fórmula fuera de lo lingüístico para determinar la supuesta realidad de las cosas. Pero lo lingüístico tampoco tiene ninguna esencia en sí. Adquiere sentido y capacidad de acción sólo en el intercambio conversacional. Admitir esto es admitir que todo discurso es metafórico: construye realidades que no son palpables, ni siquiera las de aquello más íntimo y personal: nuestro yo, nuestra identidad. Volviendo a Gergen (1999, pág. 65) “In a sense, then, we are all metaphors of other people”. Yo diría que, más que en un sentido, en todos los sentidos. “Sólo podemos pensarnos a nosotros mismos en cuanto que tomamos de los demás los caracteres que nos formulan” (Seguí, 2004). No hay, desde este punto de vista, alternativa para pensar en una materia -o esencia- interior que nos hace ser como somos, tan diferentes de los demás…
Referencias.-
Bakhtin, M. M. (1981/2002) The dialogic imagination. Four essays.
Beck, U. (1986/1998): La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidós.
Donath, J. S. (1999/2003) “Identidad y engaño en la comunidad virtual”. En Smith, M. A. y Kollock, P. (eds.), Comunidades en el ciberespacio. Barcelona: Editorial UOC.
Gergen, K. J. (1991/1997) El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo. Barcelona: Paidós.
Gergen, K. J. (1994/1996) Realidades y relaciones. Aproximaciones a la construcción social. Barcelona: Paidós.
Gergen, K. J. (2004) Notas del autor en el “Social construction, relational theory, and change practices Workshop”. Dir: Kenneth J. Gergen y Mary Gergen.
Gergen, K. J. (1997) “The place of the psyche in a constructed world”. Theory and Psychology. (7) 31-36.
Gergen, K. J. (1999/2002) An invitation to social construction.
Haraway, D. J. (1991/1995): Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Cátedra.
Ihde, D. (1990) Technology and the lifeworld. From garden to earth.
Ihde, D. (1998/2004) Los cuerpos en la tecnología. Nuevas tecnologías: nuevas ideas acerca de nuestro cuerpo. Barcelona: Editorial UOC.
Seguí Dolz, J. (2004) “De lo virtual a lo real pasando por lo biopolítico”. II Congreso Online del Observatorio para
Sennett, R. (1994/2002) Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid: Alianza.
¡Hasta luego!
Josep
Muy buenas
ResponderEliminarMe encanta tu blog y he leído cosas muy interesantes. Dado que la temática se parece al mío te invito a ver el mío en:
Psicología
Un abrazo
Jack T.R.
Muchas gracias, Jack, por tu comentario!!!
ResponderEliminarY enhorabuena por tu blog. He tenido unos minutos para poder visitarlo y me parece muy interesante.
Otro abrazo para tí,
Josep