"Con un lenguaje retórico y manipulador[1] elaboro textos subjetivos y parciales de mi experiencia como viajante urbanita. Una imagen no vale más que mil palabras. Las imágenes también son textos manipuladores. Y retóricos.
Escribo desde la cotidianeidad de la estación del tren y de la aventura ligada a cualquier viaje; nunca rutina; siempre con final feliz de telenovela. Sigo ejes simmelianos . Efectivamente, en la gran ciudad todo -el sexo, los paraísos artificiales, la supervivencia- se compra y se vende. Y todo -como escenario; Simmel, Goffman- supera lo personal. Los espacios pequeños no están llenos sólo de pequeñas prostitutas, trenes, yonquis y coches. También hay gente, mucha gente. Siempre la misma gente que va de paso. Nunca paran de pasar. Sólo cuando se agrupan en los grandes territorios públicos del poder; cuando lo pequeño, lo relacional e interaccional se funde en una especie de comunión mística totalizadora.
Evidenciar lo implícito en la rutina cotidiana exige al etnógrafo ir despacio, alejarse del ritmo ensordecedor de lo normal social y del gran territorio escenográfico ciudadano.
[1] ¿Puede el lenguaje ser otra cosa que retórico y manipulador? ¿Existe el lenguaje objetivo?"
(Extracto de "Tú darme diez euros y yo darte gustito. Etnografías cotidianas de la ciudad". Ensayo psicoetnopoético en curso del autor)
¡Hola!
Si alguien se pregunta por qué publico esto que no me lo pregunte a mí. No lo sé. Simplemente me gusta esta foto que hice ayer y he querido ilustrarla con un texto un poco modificado de mi ensayo inacabado e inacabable. Una conversación telefónica de hace apenas diez minutos me ha inspirado. ¿Por qué? ¡Ni la propia conversación lo sabe!!!
Saluditos,
Josep
Saludos Josep.
ResponderEliminarAlgunas vez te has preguntado si acaso las fotos que tomas dicen más de ti que de aquello que fotografias.
Salud.
g.
PD.
Lo siento no puedo evitar comentarlo...
Me "salto" un pequeño problema en la redacción del texto que acompaña la foto, dice: "Los espacios pequeños no están llenos sólo de pequeñas prostitutas, trenes, yonquis y coches. También hay gente, mucha gente".
Pero las prostitutas y los yonquis también son gente ¿no?. Como lo leo, da la impresión que de un lado esta la gente y de otro, digamos, lo demás...
Pocas veces me pregunto cosas sobre mí, Gabriel. Pero tu comentario me invita a reflexionar. Gracias, muchas gracias!!! De todos modos mis fotografías -como todas- tienen vida propia. No son mías; no son un reflejo de mi personalidad; cosa que, por otro lado, no sé qué significa.
ResponderEliminarY sí, ahora veo que el texto que publiqué no es demasiado afortunado. Está descontextualizado. En el original antes hablo intensamente de pequeñas prostitutas, trenes, yonquis y coches. Y en ese contexto explico que, además, también hay gente en un sentido amplio, sea la palabra "gente" lo que sea. No, no está una cosa en un lado y otra en el otro. Todas y todos somos lo mismo. También somos trenes y coches...
Josep