13 junio 2009

Etnografía, metodología cualitativa, subjetividad

(Foto IBERACUAL)
¡Hola!

Estoy revisando textos de los que incluyo en mis bases de datos de "La psicosociología del teléfono móvil" y no me resisto a copiar y pegar este fragmento de un trabajo académico que hice el año 2004. Hoy, probablemente no estaría my de acuerdo con algunas de las cosas que digo. Y espero que vosotras/os tampoco lo estéis y así lo manifestéis!!! -)
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Y, brevemente, antes de entrar en materia, quiero hacer una reflexión en voz alta. Este es un trabajo de etnografía psicosocial. Y no puedo por menos que hacer una observación al respecto de la escritura etnográfica, basándome en otro de mis maestros, el antropólogo de la Universidad de Rice, en Houston, Stephen S. Tyler.


La etnografía no propone teorías sobre la realidad que estudia. En el entorno de las ciencias sociales, su objeto no es elaborar hipótesis, sino presenciar determinados acontecimientos. Su fundamento básico es representar textualmente (o fílmicamente, o verbalmente) ciertas "realidades" culturales (acontecimientos) que el etnográfo ha vivido mediante su trabajo de campo y la -ilusoria- observación participante. Si desde el socioconstruccionismo (Ibañez, 2001) ponemos en duda la propia realidad de las cosas, su pura representación nos parece ya un engaño de pleno derecho cuando trata de rodearse de un halo de objetividad.


Mercé (2004) y yo, durante los diálogos de Barcelona, observamos un poco perplejos cómo todo el mundo hablaba de la “construcción social de la realidad”. Sin embargo nadie protestó cuando se citó la famosa frase del lingüista polaco Alfred Korzybski (ver Lewis, 2002), “los mapas no son el territorio”. Desde un punto de vista socioconstruccionista sí, los mapas sí son el territorio. Es más, son el único territorio. No hay nada más allá del mapa, de la representación. Y la escritura -etnográfica o no- no escapa a esta evidencia.


Es preciso, pues,


“señalar que todo análisis científico -toda medición/descripción/representación- es necesariamente subjetivo. El saber se construye socialmente mediante pactos lingüísticos entre la representación, el representador y el destinatario de la representación. La etnografía -como escritura- no va más allá de este pacto incluso en sus manifestaciones más pretendidamente cientifistas” (Seguí, 2003, pág. 7).


La etnografía postmoderna es una evocación ajena a la tiranía de la representación[1]. La evocación, al contrario de la representación, exige al etnógrafo psicosocial un gran esfuerzo creativo. La irresponsabilidad de la representación -como la de todo sistema tiránico- es sustituida por la responsabilidad del autor que no representa sino crea discursivamente una obra justificable por y en sí misma. En una etnografía crítica hay un factor constructor de gran peso: el investigador ya no puede decir "Ellos dijeron o hicieron esto que os cuento", sino, "Yo digo". La responsabilidad del etnográfo evocativo es, pues, plena. No está re-creando unos hechos supuestamente objetivos, sino creando una realidad propia. En este sentido, su única esperanza es que su evocación de la realidad sea aceptada por el lector/lectora; quizá mínimamente entendida y subjetivamente compartida.



[1] En este sentido, soy absolutamente fiel a Tyler (1978, 1987, 2003). La representación en política (hablar por, decidir por, hacer por…) es una forma de tiranía por mucho que se vista de pomposas y suaves sedas democráticas. En este mismo sentido, representar algo en etnografía es negar el derecho al algo de hablar por sí mismo. Además de tiránica, la representación es una ilusión, una falsedad, pues siempre es el representador quien se representa a sí mismo, ante la imposibilidad de hacerlo por los demás. Así, encuentro mucho más sincera -honesta- la propuesta de Tyler de evocar, en lugar de representar. En mi opinión, la evocación presupone que hay una acción subjetiva del etnógrafo. Asume que es él quien elabora una determinada "realidad" textual, independizándose de la tiranía representadora. No es posible un "hablar por" los demás, ni textual, ni verbal, ni fílmicamente.


Referencias:

Ibañez, Tomás (2001) Municiones para disidentes. Realidad-Verdad-Política. Bacelona: Gedisa.

Lewis, Steven (1995) Alfred Korzybski biography. http://www.kcmetro.cc.mo.us/pennvalley/biology/lewis/akbio.htm. Fecha de revisión enlace: 06/06/2004.

Ribas Tur, Mercé (2004): Conversaciones con el autor durante el diálogo “Los conflictos en la vida cotidiana” en el Fòrum de las Culturas/Barcelona 2004.

Seguí Dolz, Josep (2003) “Fregar: una etnografía de la vida cotidiana occidental”. Sin publicar.

Tyler, Stephen A. (1978) The said and the unsaid. Mind, meaning, and culture. New York: Academic Press.

Tyler, Stephen A. (1987) "Acerca de la 'descripción/desescritura' como un 'hablar por'". En Reynoso, Carlos (compilador): El surgimiento de la antropología posmoderna. 4ª edición. Barcelona: Gedisa.

Tyler, Stephen A. (1996) "Beyond alphabets: an interview with Stephen A. Tyler", by Scott A. Lukas at POMO Magazine, 2 (1), pp. 11-30.

Tyler, Stephen A. (2003) Correspondencia con el autor. Correo electrónico

Saludos!!!

Josep

1 comentario:

  1. Rosa Suárez30/6/09 23:17

    Hola Josep

    Inicio mi tan deseado contacto con todos ustedes, compartiendo mis experiencias etnográficas colombianas.Me encanta encontrar por fin un espacio desde la psicología para tal fin.Me identifico con el pensamiento socioconstruccionista y deseo compartir un aparte del proyecto sobre subjetividades juveniles y que espero genere debate. Igualmente me auno al título de Derivadas Urbanas propuesto por Josep y me atrevo a enviarles mis Derivadas. Abrazos

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Calambur citado en Toulmin, Stephen (1990), Cosmópolis. Els transfondo de la modernidad. Barcelona: Península. Pág. 207.

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