Como en
este momento no puedo hacer más que una interpretación de lo que veo, escucho,
siento, etc., creo que quizás las intenciones que preceden a las actitudes
políticas comulgan con la necesidad: "me necesitas y tú crees que es así,
así que mis movimientos irán sujetos a perpetuar esa necesidad". Y la
democracia contribuye a ello.
Legislar
en materia económica, social, laboral y todo aquello que se nos pueda ocurrir
albergando tales intenciones, subyuga la posibilidad de que las personas
construyan relacionalmente sus caminos en prosperidad; esclavizan al
pensamiento repitiéndonos constantemente, tanto ellos como nosotros mismos, que
"eso no se puede hacer". Tal vez, tal aseveración nos diga que es, precisamente,
el momento para seguir apostando por ello.
La
necesidad alberga un temor inherente a la autogestión, y viceversa. Puede que
aún no se hayan dado cuenta de que ambas podrían convivir en el mismo
escenario. Es más, quizás no se hayan dado cuenta de que juntas podrían
construir un nuevo escenario, pero para ello tendrían que entrar en diálogo,
cosa que es posible que la actitud política, en aras de mantener un discurso
dominante, no vaya a permitir.
Y de
ello creo que no se libra ninguna ideología política. Todas parecen decir que
saben, por activa y por pasiva, dónde está la necesidad que debe ser resuelta.
¿Solución? Aportar ingentes cantidades de dinero, que no recursos, para tales
pesquisas... Me pregunto qué les ha hecho pensar que algo tan efímero como esos
números en forma de billetes contribuirán a paliar las necesidades de sus
iguales... ¿Quién les ha preguntado a ellos? Parece que es como esa paradoja
que aprendí cuando tendría unos 10 años a través de uno de mis compañeros de
clase: para paliar el hambre, ¿qué hacemos, enviar comida o enseñar a
cultivarla? Hoy digo: ambas suman.
Quizás
la personificación política crea que sin necesidades que cubrir su labor ya no
tendría sentido, que se acabarían, ciertamente, sus privilegios. ¿Qué les llevaría,
si esto tuvieses algo de verdad, a pensar tal cosa? Y si así fuera, ¿qué les
hace pensar que el perfil político no pudiera ser transformado en otra cosa que
sirviera de utilidad en un mundo donde las personas cubrieran sus necesidades
apoyándose en las otredades? Complejo.
Mientras
tanto, aquí seguimos: unos tantos, esperando a que les resuelvan sus
vicisitudes, otros tantos, contribuyendo a inmortalizarlas y, unos cuantos más,
donde hoy hago público que me encuentro, intentando generar espacios donde la
necesidad entre en diálogo tanto con sus homónimos como con sus detractores. Quizás no estén tan separadas...
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