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Estoy manteniendo estos días un interesantísimo diálogo con algunas/os colegas del Taos Institute. Comenté que el Construccionismo social está -excepto con algunas honrosas y valiosas excepciones- como bastante "mal visto" por estos lares (España). Algunas personas asociadas al Taos de procedencias tan diversas como Argentina o la República Checa manifiestan que en sus países pasa algo similar. Me permito copiar mi último mensaje:
"Estimadas/os todas/os
Como comentáis, y siguiendo los mensajes de …, que las ideas
socioconstruccionistas sean marginales no tiene por qué ser un problema.
Efectivamente, no creo que aspiremos a ninguna posición dominante.
Lo que me molesta un poco es una especie de desprecio que,
al menos en España, se manifiesta en determinados ámbitos como digo, muchas
veces por desconocimiento. Mi experiencia en este sentido es amplia y podría
contaros muchas anécdotas.
De alguna manera nuestras ideas han pasado por aquí bien
siendo despreciadas por las orientaciones mainstream, bien siendo rápidamente
superadas por posturas "postsocioconstruccionistas" o
"post-postmodernas", “ultramodernas”, como dicen algunos y que parece
que más que eso son una vuelta a la modernidad...
No obstante, algo parece ir avanzando. A principios del
próximo mes de julio se celebra aquí el XVIII congreso europeo de psicoterapia
y, para mi sorpresa y alegría, uno de los ponentes principales es Ken Gergen!!! con la conferencia "Del significado a la Acción: El Reto Emergente en Psicoterapia".
Y a Sara y a mí nos han aceptado una humilde ponencia con el título de
"Socioconstruccionismo, Terapia Reflexiva Sistémica, Intervención Acción
Generativa y Micropolítica y Poética. Propuestas de investigación en personas
estigmatizadas: esquizofrenia y trastornos de la alimentación."
Algo está cambiando...
Saludos!
Josep"
En el Congreso de marzo en Mérida organizado por el Instituto Kanankil y el Taos Institute presentamos -entre otros- un caso. Debo recordar que en el congreso se respiraban intensamente socioconstruccionismo y postmodernidad. Ahí va el caso:
"En una comunidad de personas diagnosticadas de
trastorno mental grave tenemos la oportunidad de hablar con el señor Juan (55
años). Le preguntamos cómo se encuentra. “Hoy
estoy contento. He visto pasar a la señora María volando con unas alas muy
bonitas y me ha saludado”. El nivel de comunicación entre la persona y el
interventor parece imposible, constituyéndose un caso extremo de lo que técnicamente
calificaríamos como “comunicación paradójica”. Hay, sin embargo, aspectos
emocionales que pueden rescatar algo de la posible relación si no terapéutica,
sí humana. El Señor Juan carga desde hace años con un diagnóstico de Esquizofrenia,
con su correspondiente intensa medicación psicotrópica."
En el debate posterior los participantes destacaron la importancia de prestar atención a esos aspectos emocionales a que me refiero por encima de aspectos racionales o lógicos del discurso del Señor Juan. Hubo cosas en las que no había un acuerdo canónico -incluso alguien dijo que nuestra intervención era bastante atrevida-; pero sí lo estábamos en este proceso de atención a eso emocional que todos los seres humanos compartimos de alguna manera u otra.
El mes pasado en el Congreso de Psicología Clínica de Santander (España), organizado por la Asocición Española de Psicología Conductual, presentamos este caso:
"Judith es una chica de veinticinco años diagnosticada de un fuerte
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Nos solicita consulta. En lugar de citarla
en el despacho la citamos en la cafetería de unos céntricos y tranquilos
jardines de Barcelona. Durante las dos horas que se alarga la conversación la
chica no manifiesta ni un solo síntoma de TOC. ¿Puede el cambio de contexto; de
lo esperado (despacho, sala de consulta, posición dominante del terapeuta)
generar también cambios en el rol de la chica como diagnosticada, creando así
posibilidades nuevas?".
Nuestras explicaciones e hipótesis -como ya comenté hace poco- recibieron algún que otro apoyo sobre todo de gente bastante joven. Sin embargo, fueron recibidas con desprecio -por no decir con auténticas burlas- por algunos "expertos" allí presentes. Expertos de bata blanca, eso sí y estoy generalizando, que luego se muestran a favor de que los psicólogos y psicólogas puedan recetar psicofármacos.
En fín...
Por cierto! Ken Gergen presenta también un taller en el mismo congreso: "Psicoterapia y el Self relacional".
ResponderEliminarFenomenal!!!
Yo he sentido este desprecio académico, a veces con miradas condescendientes por encima del hombro, a veces con sorna, y siempre desde la ignorancia. También tengo anécdotas. Mi reacción es de afirmación. No quiero pertenecer a una elite dominante; lo dominante sólo puede serlo cuando se vulgariza, cuando está al alcance de la mayoría, y hay muchas implicaciones del SC que no lo están. Aún así, suelto mi speech en defensa del SC siempre que tengo ocasión, lo refuerzo en mis alumnos, y lo defiendo activamente en mis clases, en mis escritos y en nuestra revista (URBS, revista de estudios urbanos y ciencias sociales).
ResponderEliminarE importante, no me presto a cesiones estratégicas ni a componendas paradigmáticas. Mi posición SC es radical, y por tanto me esfuerzo en argumentar mi rechazo de otras perspectivas al uso.
Te entiendo perfectamente, amigo Baltasar. Y estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarTu último párrafo me ha encantado... Eso de las "cesiones" me suena fenomenal!!!
Saludos!
Me gustan mucho las reflexiones que desencadenas. Estoy de acuerdo contigo y también en desacuerdo. Habló desde mi experiencia, claro está. Estoy de acuerdo porque me ha tocado ver (vivir, leer, sentir) el desprecio que muchos académicos (desde diversas áreas de la psicología) expelen hacía las posturas construccionistas, y particularmente ante quienes se nombran postmodernos. En mi universidad, que admiro y quiero aún con todo, predomina un paradigma positivista-experimental, las estructuras de poder entonces también se posicionan desde ahí. Ha sido díficil pero hemos construido, desde muy pocos nichos, espacios de diferencia que den cabida al CS. No negaré que también hemos aprendido a encontrarle un gusto a la diferencia, aunque han sido muchos los sin sabores y constantemente sentimos que nos hunden el barco. Eso en un sentido académico-institucional en la Universidad más importante de mi país.
ResponderEliminarSin embargo, y acordándome de uno de los últimos artículos de Ibáñez respecto al CS, también he visto el terreno ganado (y alguno bémoles). Uno de ellos es que (al menos en mi país) y dado que el CS es poco aceptado en las Instituciones (con mayúsculas) académicas públicas (que acá son casi gratuitas), se ha aprovechado el terreno para llevar al CS y las terapias postmodernas a los lugares privados (de paga), en principio ese no es un problema, pero me resulta interesante observar cómo se puede hacer negocio de esto. Y el problema para mi no es el negocio, sino que en ocasiones SÓLO se trate de negocio esto de hablar del Construccionismo o las TP. Cada vez es más frecuente encontrarme con personas que venden talleres de técnicas, estrategias y manuales de TP y CS, trivializando, lo que a mi modo de ver, son algunos de los mayores beneficios de esta postura; la crítica y la reflexión, y llevandolo otra vez al terreno de lo técnico, instrumental (y de paso) consumible.
Al final, y por ahora, pienso que los espacios privados-de-paga son una alternativa para generar y compartir información sobre el construccionismo y las terapias postmodernas, pero también creo que es necesario que se sigan creando espacios de resistencia (así los vivo al menos) dentro de los sectores académico-universitarios, pues, y sin el afán de constitur al SC como paradigma dominante (faltaba más), considero que es parte del compromiso del construccionista deconstruir desde aquellos lugares donde a lo mejor el negocio no sale.
(Ahora sí me alargué, ups).
Saludos!
Paola.
Querida Paola,
ResponderEliminarPues muchas gracias por compartir tus reflexiones y opiniones. Estoy muy de acuerdo contigo en lo que dices. Pero quiero hacer un par de puntualizaciones, con tu permiso.
Supongo que cada país tiene sus particularidades. Aquí, en España, la enseñanza pública NO es gratuita. Y con la subida de las tasas y la bajada de las becas (subvenciones a los estudiantes menos pudientes) por la "crisis", menos. Aunque es sensiblemente más barata que la privada, sí... en los estudios de grado. Los de postgrado y magister cuestan una auténtica fortuna, tanto en la pública como en la privada. Y, sobre todo con la entrada en vigor de la Ley Bolonia mediante la cual se equiparan las titulaciones en toda Europa, quien no tenga una titulación postgradual, lo va a tener muy mal a la hora de profesionalizarse.
Conozco bastante bien muchas de las instituciones, incluso en tu país, que trabajan desde la óptica del CS y las TP y nunca he visto que hagan negocio ni trivialicen sus talleres u ofertas formativas. Lo que sí hacen es ganarse la vida como profesionales, derecho que tenemos todas y todos, ya que todas y todos tenemos que comer... y más cosas (hipotecas, alquileres, etc.).
Insisto, No conozco ninguna organización ni persona con esas características. Y, si alguna vez encuentro a alguien, lo denunciaré públicamente desde estas páginas y todas las que pueda. Si tienes alguna información al respecto hazmela llegar en privado, la investigaré (aunque no me gusta hacer de "policía"; pero bueno), la compartiré con mis colegas y la denunciaré, si procede.
No quiero citar nombres; por eso me refiero a mí mismo brevemente, aunque estoy seguro de que tu valiosísimo comentario no va dirigido a este espacio ni a esta persona. Pero así aprovecho mi propia experiencia y me responsabilizo de mis propios comentarios.
Llevo, junto a Sara Olivé, más de seis años coordinando este blog. Nunca, JAMÁS, hemos cobrado ni un euro, dólar o peso por hacerlo. Y te puedo garantizar que le dedicamos tiempo y esfuerzos. Y lo hacemos muy a gusto. Como sabes, además, aquí está PROHIBIDA la publicidad, aunque no la información. No tenemos, tampoco, ningún apoyo económico institucional de ningún tipo. Sin embargo, si alguien me pide que imparta un seminario, conferencia, etc. (o lo ofrezco yo a iniciativa propia)como profesional tengo unos gastos de desplazamiento y otros, y unos honorarios que cubrir. Eso no es un negocio para mí; eso es una manera honrada de ganarme la vida. Y este ejemplo de primera mano es extensible a todos los profesionales de diferentes países que conozco. No sé de ninguno que se haya enrriquecido con sus actividades. Y sigo sin dar nombres.
No creo que impartiendo formación orientada por el CS y las TP nadie pueda hacerse rico o hacer negocio, sinceramente...
Te entiendo perfectamente, aunque -como ves- discrepo también ligeramente un poquito...
¡Saludos y muchos recuerdos a todo el Grupo Insurgentes!!!
Josep
Hola Josep, me encantan las puntuaciones que hiciste pues no me gustaría que se malinterpretara mi comentario.
ResponderEliminarEfectivamente el tema "educación universitaria" es muy diferente en México que en España, no intento con esto decir que sea mejor una que la otra, y una de las luchas que en mi país más adeptos ha encontrado y mayor resistencia ha logrado es la de garantizar que sigan existiendo espacios universitarios públicos y (casi) gratuitos para la educación superior. Esto también porque acá para muchos es un lujo (muchas veces aunque sea gratuita) llegar a la universidad en lugar de trabajar (aquí o como inmigrantes) inmediatamente después de un bachillerato o de la educación básica. Si hago puntuación en la gratuidad, no es porque pretenda que todo, siempre y en todos los contextos sea gratuito (que de paso no lo es, ya que las universidades públicas se sostienen de los impuestos que todas y todos pagamos), sé que habrá escenarios donde no podrá ser así.
Y bueno, yo al igual que tu, y que muchas otras personas, profesionales u organizaciones, ofrezco mis servicios y cobro por ellos, como decía, para mi ese, de ningún modo, es un ejercicio deshonesto o señalable, siempre que lo hago es con mucha seriedad y respeto a a mi profesión y con quienes colaboro. Por supuesto, aquí y en otros países, conozco a muchos profesionales y organizaciones que asimismo actúan, de ninguna manera me refería a tu espacio con Sara, y de paso aclaro que tampoco trataba de aludir a algunas organizaciones, asociaciones o profesionales mexicanos con quienes he visto colaboras o has llegado a participar, quienes, independientemente de si cobran o no, cuidan la seriedad y compromiso que implica adoptar un paradigma crítico, como desde mi punto de vista lo es, el construccionismo social.
Mi punto, y es lo que me gustaría acotar, no es que pretenda que los servicios o ejercicios profesionales no sean cobrados, por supuesto que no.
Acá tenemos un dicho, que reza "cada quien habla como le va en la feria" y a lo mejor a mi me sí me ha tocado conocer (y hacer entripado, porqué no decirlo) el otro lado no tan profesional, ni tan serio, ni tan honesto de la "difusión" del TC, las TP y de la terapia familiar. Y desde ahí, fue mi post anterior.
Y todos estos comentarios iban a que, si bien sigo pensando que el construccionismo social y las miradas posmodernas en terapia no son (aún y no sé si lleguen a serlo, espero no) un paradigma dominante, también creo que cada día se vuelven más populares y (aunque no estés muy de acuerdo conmigo) también pueden llegar a ser rentables.
También aclaro, y agradezco de antemano tus saludos, que este es mi punto de vista, basado en mis experiencias, y que puede no reflejar la mirada de todo grupo insurgentes, que por cierto también te mandan muchos recuerdos.
Siempre agradezco este espacio, del que soy afín desde que lo conocí, y si con ello puedo cambiar un poco de lo que me parece injusto o deshonesto, tomaré en cuenta tu propuesta de denunciar prácticas poco serías. Gracias por la idea.
¡Saludos y abrazo!
Paola.
Pues, muchísimas gracias, Paola!!!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo también con tus puntualizaciones y las agradezco también en la medida en que me hacen reflexionar y tirar para adelante.
El problema de la "deshonestidad" se vive con mucha intensidad aquí en España, aunque no con las prácticas SC y PM (que, como digo, prácticamente no existen, con honrosísisisisimas excepciones, incluso en el seno de lo académico). La cuestión es que puede no ser honesto, pero es legal. Aquí cualquiera puede darse de alta en el epígrafe fiscal correspondiente y abrir una consulta terapéutica, organizacional, de coaching o de lo que sea sin ningún problema. Incluso sin tener estudios o avales previos. Es así de fácil.
O sea, cualquiera podría (uf! que estoy dando ideas...) -insisto que cumpliendo los requisitos legales, que son muy sencillos- anunciarse, por ejemplo, como "terapeuta posmoderno" y no pasaría nada siempre que no se anuncie como "psicólogo/a" (que he visto que, a veces, también hay quien lo hace sin serlo). Entonces, claro, te entiendo perfectamente. Esto me calienta la sangre, sí. Pero tampoco dejo que me amargue la vida. Recientemente un grupo de psicólogas/os que conozco iniciaron una campaña de denuncia de estas actividades. La campaña creo que ya ha terminado. Simplemente, lo que hacen estos "intrusos" es legal...
¡Muchisisisismos saludos y gracias por tu participación activa!
Josep
La "terapia" no pertenece a los psicologos ni a los terapeutas. Pertenece a la vida, a las personas que deben afrontar cambios para vivir. Parece que hemos cosificado la vida, un poco más. Nisiquiera pertenece el cambio a uno mismo. Si bien estoy de acuerdo en la regularización, soy tolerante. ¿Y porqué? Por qué viendo el percal social la ley no me da confianza. No me da confianza el curriculo de psicologia, tampoco el de distintas escuelas privadas. Pero sobretodo lo que no me inspira nada de confianza es la rotundidad, el absoluto en un lugar u otro. Por eso soy tolerante. Pero ser tolerante significa que vivo entre aguas, entre tierras, al filo de la navaja. La verdad... muta.
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