EL PAIS.com - 07 de abril de 2009:
María y Pedro (nombres supuestos) esperaban un niño fecundado in vitro. "Imagínate si era un niño deseado", dice María. La ecografía de la semana 20 indicaba que todo marchaba bien. Pero en la semana 32 aparecieron los problemas: unos ventrículos cerebrales demasiado grandes. Los médicos decidieron que lo mejor era anticipar el parto y operar al niño cuando naciera. Para preparar la intervención, hicieron una resonancia magnética en la que se vio que el feto había sufrido una hemorragia cerebral gravísima. "Los médicos se quedaron blancos y nos empezaron a decir que ese niño no tenía que nacer. El cerebro estaba muy dañado. Si conseguía respirar, sería un vegetal. Nunca tendría conciencia y pasaría el resto de sus días en una cama. Me decían que rezara para que no respirara". Continuar...
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Personalmente considero que la decisión debería ser un derecho, pero también considero que se trata de una decisión muy dura que me constaría mucho tomar =S
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